“Quien mira hacia afuera, duerme y quien mira hacia adentro, despierta.”

En esta frase, Jung apela a la responsabilidad que cada uno tenemos sobre nuestra vida y nos dice que la diferencia entre conocernos o no y entre buscar nuestras respuestas fuera o hacerlo en nuestro interior es tan grande como la que hay entre dormir o estar despiertos.

La terapia Gestalt es un modelo de psicoterapia que se centra en el conocimiento y desarrollo personal y en la recuperación de la capacidad de vivir el presente con espontaneidad y responsabilidad. El ser humano es una entidad completa formada por cuerpo, mente y sentir “alma”, que puede alcanzar el bienestar tomando conciencia de las tres partes y trabajando su integración y equilibrio.

El objetivo es permitir a la persona conocerse mejor y recuperar la creatividad perdida, devolviéndole la capacidad de elegir la forma de afrontar la vida.

Otro foco fundamental de la Terapia Gestalt es el “contacto”. Esto quiere decir que no recibimos pasivamente una realidad objetiva a la que nos ajustamos, sino que la percepción es un proceso activo que organiza las situaciones de manera holista, y basamos nuestras conductas y acciones en esta interpretación de la realidad.

A través de la Gestalt se facilita un encuentro en el que la persona que acude es quien crea y descubre el significado de sus situaciones vitales. Es decir que quien lo acompaña no tiene ni impone todas “las respuestas”, sólo facilita, escucha, observa, devuelve y guía al “darse cuenta consciente” que hace se integre la experiencia.

La Gestalt, deja de mirar al individuo aisladamente para considerarlo un elemento más de la situación, la persona crea y es creada por la situación, es actor y actuante de ella.

El objetivo de la Terapia Gestalt es ayudar a cada individuo en su problemática o sentir, haciéndole más consciente de cómo ha llegado hasta el punto en el que se encuentra y cómo aprender a hacer de otras maneras. Intenta devolverle la capacidad de elegir que opción quiere tomar para afrontar la vida, ampliar su campo de posibilidades.

Gracias a esto, la persona puede conocerse mejor y recobrar la creatividad perdida. Y este cambio viene paradójicamente de la aceptación de quien uno es.

La terapia Gestalt promueve la responsabilidad individual por las acciones propias y la vida. Es decir que se evita el paternalismo y la dependencia de quién acude a sesión y se facilita la toma de responsabilidad, para poder hacerse cargo de la vida de una manera más saludable.